Marruecos en el siglo XIII

La larga historia de Marruecos

Dos figuras de finales del siglo VIII siguen siendo emblemáticas en la historia nacional marroquí: Idriss I y su hijo Idriss II, fundadores de la dinastía idrisí, de la que se dice que desciende Mahoma. A menudo se presenta a los Idrissíes como la primera dinastía que sentó las bases de un poder estatal estructurado en Marruecos. En realidad, no fue hasta los almorávides, en el siglo XI, cuando un poder centralizado controló todo el territorio. Sin embargo, la secuenciación dinástica no debe ocultar las importantes continuidades cronológicas. "Más allá de la historia dinástica, existen estructuras antropológicas de poder y hay una forma de modelo político particular de Marruecos, quizás incluso del Magreb en su conjunto, en el que no todo es obra de la dinastía, ni de un poder estatal central. Hay una interacción constante con las poblaciones sometidas o por someter".

La época bereber

Desde finales del siglo XI hasta principios del siglo XIII, dos dinastías bereberes, los almorávides y los almohades, unificaron el Magreb y la Península Ibérica. En la década de 1040, el líder bereber Yahya ibn Ibrahim, con la ayuda de Ibn Yasin, emprendió la reforma de las costumbres religiosas de las poblaciones bereberes.

Entre 1070 y 1090, los almorávides tomaron el control de las ciudades del actual Marruecos y al-Andalus, librando una yihad contra los cristianos. La reforma religiosa llevada a cabo por los almorávides formaba parte de su fidelidad al califa abbasí de Bagdad.

En 1070 se fundó una capital, Marrakech, y un gobernante especialmente emblemático, Yusuf ibn Tashfin, reinó de 1061 a 1106 con su esposa Zaynab Nefzaouia. Se instauró una administración descentralizada, con una estructura estatal transcontinental que se extendió por primera vez a través del estrecho de Gibraltar.

El siglo XI marcó un punto de inflexión en la historia del Magreb: Los almorávides fueron los primeros en establecer tratados con Pisa, Génova, Venecia, Marsella y Barcelona". Los almorávides fueron los primeros en establecer tratados con Pisa, Génova, Venecia, Marsella y Barcelona". 

En este contexto aparece la palabra Marruecos.  "La palabra Marruecos significa Marrakech. Es cuando cogemos la costumbre de referirnos a un país por su capital".

Los almorávides decayeron en el siglo XII, debilitados por las guerras contra los cristianos de la Península Ibérica y contra los almohades, bereberes sublevados contra la dinastía reinante.

Los almohades derrocaron pronto a los almorávides. Ibn Tumart fue el reformador religioso a su cabeza.

En 1147, los almohades tomaron Marrakech, entonces casi todo el actual Marruecos y Túnez, y al-Andalus. Desafiaron la legitimidad del califa abbasí y proclamaron califa al soberano almohade.

La reforma religiosa de los almohades supuso un retorno a la revelación profética de Mahoma y tuvo una fuerte dimensión mesiánica. Las genealogías ficticias sitúan a Ibn Tumart y Abd al-Mumin, su primer sucesor, en la línea de Alí, yerno y primo de Mahoma.

El Imperio almohade introdujo un nuevo sistema de administración provincial más centralizado.

La historia según los meriníes

En el siglo XIII, los almohades decayeron en favor de los meriníes, dinastía también de origen bereber, que se apoderaron de Marrakech en 1269 y en adelante ejercieron su poder sobre Marruecos desde su capital, Fez.

El término "sultán" se generalizó durante el periodo meriní. El sultán Abu al-Hasan Ali ben Uthman, apodado el "sultán negro" por el color de su piel, fue una figura central del periodo meriní. Su reinado (1331-1348) marcó el apogeo de la dinastía, pero no consiguió unificar de nuevo el Magreb, a pesar de su deseo de revivir un imperio mediante las armas y la conquista, tanto en España como en el actual Túnez.

A diferencia de las dos dinastías anteriores, los meriníes no movilizaron un proyecto religioso para legitimar su poder. Al contrario, según Yassir Benhima : "Fue casi por conveniencia política por lo que esta dinastía llegó al poder. Iban a construir otras formas de legitimar su autoridad y se les ocurrió escribir esta historia. Ibn Jaldún, pensador e historiador de finales del siglo XIV, contribuyó especialmente a estructurar este gran relato nacional.

Los meriníes decayeron gradualmente a partir de 1348, debilitados por la peste negra y periodos de gran inestabilidad política. Fueron sucedidos por los wattásidas en 1472.

MARRUECOS EN LA EDAD MEDIA