Paisajes

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Situadas a 2h30 en coche de Ksar Ighnda, las gargantas del Dades son un destino imprescindible. Estas gargantas se extienden a lo largo de 25 km y presentan impresionantes acantilados de color ocre. Las viviendas del mismo color se funden con la roca, y la puesta de sol promete momentos mágicos vestidos con magníficos tonos bermellón. Al recorrer las gargantas del Dades, verá una sucesión de rasgos distintivos que no se parecen necesariamente entre sí. 

Primera serie de desfiladeros

En aquella época, el uadi aún estaba dividido en dos ramales, cada uno de los cuales había tallado sus gargantas de casi 300 m de profundidad en piedra caliza de color ocre que databa del periodo Jurásico.

Segunda serie de desfiladeros

Están separadas de las anteriores por el M'semrirTambién están talladas en piedra caliza del periodo Dogger. A lo largo de más de 500 m, el uadi ha abierto un estrecho camino a través de las rocas, de casi 400 m de profundidad.

Tercera serie de desfiladeros

Están separadas de las anteriores por una estrecha cuenca, encajonadas entre escarpes, y están excavadas a lo largo de varios kilómetros en roca caliza. arrecifes ocre o a veces rojizo. Estas calizas, más antiguas que las anteriores, datan del Lias (Jurásico inferior). Su naturaleza masiva y resistente explica la estrechez del paso cortado por la rambla, que en algunos puntos sólo tiene unos metros de ancho.

Cuarta serie de desfiladeros

Estas gargantas, situadas al norte del oasis de Boumalne, se diferencian por estar talladas en rocas más variadas que datan del Cretácico y elEoceno. Las clásicas gargantas con paredes subverticales talladas en caliza ocre se alternan con estrechamientos en arenisca roja y, en algunos lugares, muestran patrones de cárcavas en marga.

 

 

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paseo por el cañón

Los "Dedos de Mono" están formados por roca erosionada, formando columnas naturales que emergen del suelo. 

Toda la ruta es transitable. Hay algunos obstáculos en el camino que son un poco difíciles, pero la ruta sigue siendo asequible. Hay que venir como si se quisiera hacer una excursión de montaña, a veces hay que ir equipado con zapatos para cruzar el agua. La mejor solución es llevar un guía, que nos parece esencial para la ruta. Un guía no sólo está ahí para enseñarte el camino, sino también para explicarte la fauna, la flora y las formaciones geológicas de la zona.

El valle del Dades es un paisaje salvaje, con nieve a un lado y semidesierto al otro. Su grandiosidad salvaje y su silencio sobrenatural sólo pueden ser igualados por el Gran Cañón. El río forma el valle a lo largo de un camino sinuoso lleno de frutales, nogales, trigales, abedules y almendros, que nos ofrece como telón de fondo espectaculares formaciones rocosas.

El valle del Dades es una de las joyas de Marruecos, un lugar que ofrece una experiencia única a todos los que se aventuran por su recorrido, descubriendo la belleza natural y cultural de esta región del país.